miércoles, 17 de agosto de 2011

El canto del pájaro

Los discípulos tenían multitud de preguntas que hacer acerca de Dios.
Les dijo el maestro "Dios es el desconocido y el incognoscible. Cualquier afirmación acerca de Él, cualquier respuesta a sus preguntas, no será más que una distorsión de la verdad"
Los discípulos se quedaron perplejos: "Entonces, ¿por qué hablas de Él?".
"Y por qué canta el pájaro", respondió el maestro.
El pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer. Canta porque tiene un canto que expresar.

Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del maestro no tienen que serlo. Tan solo tienen que ser escuchadas, del mismo modo que una escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del pájaro, que despiertan en quien lo escucha  algo que está más alla de todo conocimiento.
Una ocasión, Santo Tomás de Aquino, caminando cerca de la playa tratando de resolver todos los misterios en torno a Dios; se distrajo al mirar a un niño.
El pequeño tenía una jícara con la cual corría hacia el mar, la llenaba de agua y se regresaba a vaciar el líquido en un hoyo que él habia cavado en la arena. Y ésta acción la repetía constantemente.
El sabio, se le acerco al chamaco y le preguntó porque estaba haciendo eso.
Y la respuesta fue que quería meter todo el mar en el agujero.
Santo Tomás se carcajeo, y le dijo que eso era imposible, porque la inmensidad del mar, no puede entrar en ese hoyito.
Y el pequeño, le contesto, pues lo que yo hago se parece a lo que tu quieres hacer, que es meter a Dios en tu pequeña cabez.
Desde aquel día, el gran filósofo dejo de escribir. 

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